Por Prof. Marilina Scarlata*.- Especial AIM. Por el mar del hemisferio sur transcurre la vida de la ballena franca austral (Eubalaena australis) y de la gaviota cocinera (Larus dominicanus). En Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y América del Sur se las ve, tanto a unas como a otras. Entre algunas de ellas se produce un fenómeno problemático, que motivó una investigación científica en Chubut. El problema no se resolvió, pero se obtuvo información valiosa.
Quien desarrolló la investigación fue el vicedirector del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos Cesimar – Conicet, Marcelo Bertellotti, del Laboratorio de Ecofisiología Aplicada, especialista en biología aplicada al manejo y conservación de especies marinas bajo presión de uso humano, y experto en la relación gaviota cocinera y ballena franca austral -nombres vulgares con los que se conoce a estas especies-.
En Puerto Madryn, provincia de Chubut, Argentina, la ciudad en que vive y trabaja, tuve la oportunidad de entrevistarlo, a la vez que en simultáneo, se veían ballenas en la hermosa costa del Golfo Nuevo.
Marcelo ha sido consultado en numerosas ocasiones por diferentes medios periodísticos, porque el informe final de su trabajo -que finalizó hace cuatro años- ha sido publicado en varios artículos científicos y fue objeto de dos tesis doctorales, una de ellas a cargo de la doctora en biología Ana Fazio, especializada en aves acuáticas y la otra a cargo de la doctora en Veterinaria Carla Fiorito, quien estudió las lesiones generadas en las ballenas.
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