Las relaciones entre la alimentación y la forma de los peces


(/Por Alejandro Cannizzaro/) CENPAT No todas las especies de peces óseos que existen en la actualidad (más de 25.000) modifican su alimentación a medida que crecen. Los peces que sí lo hacen pueden variar su nivel trófico, es decir, su posición en la cadena alimentaria, al aumentar su tamaño.

Científicos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET) junto a colegas de otras instituciones de Grecia, Gran Bretaña y Portugal, plantearon un modelo que permite predecir la capacidad de variar el nivel trófico con el crecimiento con sólo mirar una foto de la especie. “El pez grande se come al chico” dice el refrán popular. Esta regla de oro, aunque habitual, no siempre rige en los ambientes marinos. Una revisión reciente mostró que el nivel trófico no necesariamente se modifica con el aumento del tamaño corporal de los individuos de una misma especie.

“En este trabajo que formó parte de mi tesis de Licenciatura evaluamos algunos rasgos morfológicos de los peces marinos, que podrían utilizarse como indicadores para determinar la capacidad de variar el nivel trófico con la talla.

Según nuestros análisis, los indicadores que mostraron en conjunto mayor nivel predictivo fueron la forma de la aleta dorsal, la posición de la aleta pélvica, la longitud máxima y el tamaño y la ubicación de la boca”, explica María Florencia Ríos, becaria doctoral del CESIMAR-CONICET. El artículo, publicado en la prestigiosa revista especializada Fish and Fisheries, comienza con una descripción de una recordada escena de la película “La guerra de las galaxias, episodio I: la amenaza fantasma”, en la que un pez gigante, a punto de comerse la nave en la que viajaban los protagonistas, es devorado por otro enorme pez.

Es ahí cuando el personaje de Qui-Gon Jinn afirma con su sabiduría Jedi: “siempre hay un pez más grande”.

“Usamos esta cita para ejemplificar que se asume que las relaciones tróficas en las comunidades marinas están fuertemente determinadas por el tamaño del cuerpo del animal. Sin embargo, no todas las especies de peces se comportan de la misma manera”, afirma David Galván, investigador adjunto del CESIMAR-CONICET.

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