Pesca artesanal: una actividad sustentable, familiar y muy riesgosa


Playa Larralde, CHUBUT.- Amaneció hace unos minutos, pero los preparativos llevan ya varias horas. Desde la noche anterior, Lucas del Río sólo le presta atención al pronóstico del viento que le indica que la salida debe ser a las 7. Los acompañantes tienen que estar listos a esa hora en la que comienza la ventana climática que les permitirá navegar y recoger vieiras, cholgas y almejas en las frías aguas del golfo San José, en la Península Valdés.

Promedia el mes de mayo y las temperaturas todavía son benévolas en estas latitudes, pero una buena ronda de mates es necesaria para afrontar la jornada que se prolongará hasta las 18. Sólo a esa hora la embarcación regresará con la carga completa: unos 50 cajones llenos de mariscos que un camión espera para llevar a la planta procesadora en Puerto Madryn, a unos 120 km de la playa.

Playa Larralde es un caserío en el istmo Florentino Ameghino, en Chubut. Un puñado de los 200 pescadores artesanales que viven de los recursos del mar en la provincia habita allí todo el año. No hay servicios instalados y un camión cisterna reparte diariamente el agua potable casa por casa.
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