Premio internacional

Becaria del CESIMAR ganó el premio Jóvenes Científicos 2024 que organiza UNESCO

Se trata de Camila Tavano, becaria del CESIMAR-CONICET, quien desarrolla una investigación sobre microplásticos en la Reserva de Biosfera Valdés, así como la dinámica de la red trófica marina de la zona


El programa sobre el Hombre y la Biosfera, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), dio a conocer los ganadores de los premios Jóvenes Científicos 2024 y una de ellas es becaria del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR) del CONICET.

Se trata de la madrynense Eva Camila Florencia Tavano Formigo, quien desarrolla una investigación sobre microplásticos en la Reserva de Biósfera Valdés, así como la dinámica de la red trófica marina de la zona. De acuerdo a lo indicado, sus resultados contribuirán a informar las políticas destinadas a frenar la contaminación por micro plásticos.

“Este año me presenté con mi proyecto a la convocatoria de la UNESCO, fui una de las premiadas a nivel internacional junto con otro chico de Mar del Plata, somos los únicos dos de Argentina. A nivel internacional quedamos ocho seleccionados en esta temática. La posibilidad de haber ganado este premio es una alegría inmensa y un reconocimiento muy importante para el proyecto”, indicó la joven al aclarar que trabaja en conjunto con sus directores. “Es un orgullo haber recibido este premio de la UNESCO”, agregó

Tavano Formigo explicó que su tema de tesis doctoral es acerca de los contaminantes plásticos dentro del sistema costero marino de Península Valdés. Lo que hace es analizar la ingesta de contaminantes en especies como en el lobo común de un pelo, la ballena franca austral y sus presas. “Lo que busco es analizar la transferencia trófica; cómo los contaminantes pasan de las presas a los predadores. Como así también estudio una posible translocación, que es el traspaso de micro plásticos del tracto digestivo hasta diferentes órganos”, describió.

Los residuos plásticos tienen muchas formas de clasificarse y una de ellas es en base al tamaño: los macroplásticos, mayores de 25 milímetros; mesoplásticos, entre 5 y 25, y los microplásticos que son los menores a 5 milímetros. Particularmente, en el Golfo Nuevo, abundan los microplásticos secundarios que provienen de la fragmentación de plásticos más grandes que se encuentran en el ambiente.

Por último, la becaria que desempeña tareas en el CCT CENPAT recordó que los mamíferos marinos, además de ser especies carismáticas, a nivel ecosistémico son muy importantes, se los considera centinelas y son animales longevos que tienen tazas de consumo muy elevadas. “Realizando este tipo de estudios podemos tener una noción de cómo está el ecosistema a nivel general y qué medidas se pueden tomar a futuro para mitigar algunos problemas, en este caso la contaminación plástica”.